martes, 17 de enero de 2012

Felicitación inesperada

Todos los años, unos días antes de Nochebuena, nos llegan un número variable de felicitaciones de Navidad. Pueden ser media docena o sólo dos o tres, que con los tiempos que corren sale más barato y queda más “in” mandarlas a través de internet. Antes recibías tarjetas con dibujos tiernos, de un Niño Jesús sonrosado y mofletudo, con pastores sonrientes y angelotes rubios. También en eso, han cambiado las modas: ahora te mandan fotos, preferiblemente de hijos o nietos, con lo que compruebas como van creciendo las familias en número y edades. El otro día, una persona, a la que quiero mucho, me contó que le habían mandado una tarjeta “post- navideña”. Original, pensé, eso, o se le olvidó mandarla a tiempo (a veces pasa). Pero era mucho más que eso, era una tarjeta de agradecimiento: una foto de hijos y nietos mientras ponían el nacimiento en casa de los abuelos con una dedicatoria que, por acertada, reproduzco aquí: “¡Gracias por una maravillosa Navidad! Por abrirnos de par en par las puertas de vuestra casa y vuestro corazón, para pasar unos fantásticos días, los más especiales del año. Os queremos muchísimo”. Enhorabuena a los que recibieron esta felicitación y a los que, sin recibirla, la merecen por tanta entrega desinteresada. Empezamos el año con agradecimiento y mucha ilusión en lo que nos espera en estos meses, os mantendremos informados.