Como
cada año, nos hemos reunido, las antiguas alumnas del colegio en una comida, para
reencontrarnos después de un año, o dos o 20… sin vernos.
Este
año hemos celebrado, de manera especial, la salida del colegio hace ya 50 años
de un grupo de alumnas muy familiares. Y digo familiares, porque entre ellas se
encuentra mi madre, Mª José Ganzo, presidenta de la Asociación de Antiguas
Alumnas de la Cía María de Santander, en la actualidad y en la etapa de “madre”
en el colegio, secretaria de la asociación de alumnas (la A.P.A.). Toda una vida
ligada a la Compañía de María.
Ella
y sus compañeras, familiares también, pues he crecido viéndolas en mi casa y en
multitud de ocasiones, en las que se han reunido, forman un grupo de amistad
realmente ejemplar.
Isolina
Ortiz, Asunción Zataraín, Pilar Bezanilla, Leonor Estébanez y mi madre.
Para
mi: Iso, Asun, Pilines y Leo, como cariñosamente se llaman entre ellas, son un
perfecto ejemplo de amistad con mayúsculas.
Por
mucho que pase el tiempo, y los kilómetros que las separan, siempre hay un
momento, un punto de encuentro para comer, tomar un café o compartir un ratito
juntas.
He
nombrado a las presentes en la comida, pero también hubo un recuerdo especial
para la que ya no está entre nosotras; Mª Carmen Ibañes, desde allá arriba
habrá celebrado con ellas este encuentro.
A
todas las demás que compartieron, con estas cinco “chicas de Oro” (como las
denominó la madre Emma), pupitre en la Enseñanza y que no pudieron acudir por
diferentes motivos, también se las nombró y recordó en la sobremesa.
El
encuentro comenzó con saludos y tras un
cóctel con animada charla, pasamos a sentarnos para degustar el menú preparado.
La
sobremesa fue larga, como en todo encuentro, pues había mucho de qué hablar.
La
madre Emma, entregó a las “chicas de oro” el recordatorio de su salida del
colegio, copia del que celosamente había guardado durante estos 50 años mi abuela, Josefina
González Guarino, antigua alumna del colegio, ”la antigua más antigua” hasta
que en Enero del año pasado nos dejó con sus 104 años y un montón de vivencias
a sus espaldas. Para ella también un recuerdo especial.
Acto
seguido la madre Emma impuso la insignia del colegio a las homenajeadas y se
dio por concluido este sencillo y emotivo acto.
Se
procedió al sorteo de 3 muñecos vestidos primorosamente, entre ellos una muñeca
con el uniforme de la década de los años 50, que impactó a las asistentes.
Estos muñecos, fueron donados por M ª del Carmen Pascual
¡Gracias de corazón!
Las
asistentes colaboraron con una cantidad voluntaria para esta rifa, destinándose
la recaudación a los fines previstos en los estatutos de la asociación.
Todo
resulto bien y el encuentro muy agradable
Esperamos
repetir el próximo año la experiencia.
Nos
vemos en Noviembre, el día de la Niña Maria.
Un
abrazo para todas.
Pilar Fuentes
En la sección Fotos, a la derecha de esta reseña, aparecen las realizadas con motivo de este encuentro
