lunes, 14 de noviembre de 2011

NECROLOGICAS



Madre FILOMENA ROJO

(Medina del Campo 2-1-1924)

Hay vidas sencillas pero fecundas. Espigas humildemente dobladas para ocultar el peso de su cosecha. Tonos suaves, pero brillantes y radiantes de color. Así fue la vida de Filo: humilde, delicada, como haciendo un esfuerzo para pasar desapercibida.

Caían en mis manos, precisamente ayer, unos versos del Poeta José Luís Hidalgo, como escritos para ella:

“Me ha calentado el sol ya tantos años,

Que pienso que mi entraña está madura”

Y, así la vio el Señor, ayer, festividad de la virgen de la Merced.

Has de bajar, Señor, para arrancarme

Con tus manos inmensas y desnudas”, …. Sigue el poeta

87 años cumplidos al comienzo de este mismo año, encierran mucha historia, muchos valores, mucho caudal de virtud. Su entraña estaba madura…

Madura por su vida de entrega, madura, también por el dolor de su enfermedad. Filo, le dije uno de los días en el clínico, pedimos mucho por ti y con voz tenue pero firme me contestó “¡Falta me hace!”

Ha dejado entre nosotras, entre sus hermanos y familiares y entre tantas personas a las que se entregaba por completo, un vacío, un hueco, pero, un vacío lleno, un hueco que irradia luz.

De extraordinaria inteligencia, preparaba sus clases a la perfección: ¿quién no la ha visto con sus minerales, semillas, moluscos…, catalogando minuciosamente cada uno de ellos?

Sin embargo no tenía empacho en contestar a sus alumnos con naturalidad ante cualquier pregunta: “no sé, lo consultaré y te contestaré mañana”.

Su labor con los grupos de antiguas alumnas, parroquia de la Magdalena, su dedicación a la FISC, era para todos una riqueza de espiritualidad, formación y creatividad.

El sueño de Dios sobre ella estaba “pleno y dorado

A nuestros ojos “se ha apagado su luz entre los vivos”, como sigue diciendo el poeta pero su luz brilla ya en el seno del mismo Dios.

Consuelo Egido o.d.n.

De su Comunidad en Juan Mambrilla, Valladolid

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